Domingo XVI Tiempo Ordinario Ciclo A
Evangelio según
San Mateo 13, 24-43
24 Les contó otra parábola, diciendo:
“El Reino de los Cielos es como un hombre que sembró buenas semillas en sus tierras. 25 Una noche, cuando todos dormían, vino un enemigo, sembró una mala hierba entre el trigo, y luego se fue. 26 Cuando las plantas crecieron y se formaron las espigas, apareció también la cizaña. 27 Entonces llegaron los empleados del terrateniente y dijeron: ‘Señor, usted sembró buenas semillas en su tierra. ¿De dónde vino esta cizaña?
28 Él les respondió: ‘¡Fue algún enemigo quien hizo esto!’, y los trabajadores le preguntaron: ‘¿Quieres que vayamos a quitarla?’
29 ‘No’, les respondió, ‘porque cuando vayan a quitar la paja, también podrán arrancar el trigo. 30 Dejen que el trigo y la paja crezcan juntos hasta el momento de la cosecha. Luego les diré a los trabajadores que van a cortar la cosecha: ‘Primero, arranquen la paja y átenla en paquetes para que se queme, pero recojan el trigo y pónganlo en mi almacén’”.
31 Jesús les propuso otra parábola:
“El Reino de los Cielos es como una semilla de mostaza, que un hombre toma y siembra en su tierra. 32 Es la más pequeña de todas las semillas, pero cuando crece, se convierte en la más grande de todas las plantas. Incluso se convierte en un árbol, por lo que las aves vienen y anidan en sus ramas”.
33 Jesús les contó otra parábola:
“El Reino de los Cielos es como la levadura que una mujer toma y mezcla en tres medidas de harina, hasta que se extiende por toda la masa”.
34 Todas estas cosas Jesús las contó en parábolas a la gente, y nada les decía sin que no fuera a través de parábolas. 35 Esto sucedió para que se cumpliera lo dicho por el profeta: “Abriré mi boca con parábolas; explicaré cosas desconocidas desde la creación del mundo” (Sal 78:2).
36 Entonces Jesús despidió a la multitud y entró en la casa, y sus discípulos se acercaron a Él diciéndole: “Cuéntanos qué significa la parábola de la cizaña”.
37 Él les respondió:
“Quien siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre. 38 El terreno es el mundo. La buena semilla son las personas que pertenecen al Reino y la cizaña, las que pertenecen al Maligno. 39 El enemigo que siembra la cizaña es el mismo diablo. La cosecha es el fin de los tiempos, y los cosechadores son los ángeles. 40 Así como la paja se recoge y se arroja al fuego, así será al final de los tiempos. 41 El Hijo del Hombre enviará a sus ángeles, y sacarán de su Reino a todos los que hacen pecar a otros y también a todos los que hacen el mal; 42 luego los arrojarán al horno de fuego, donde habrá llanto y rechinar dientes. 43 Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tiene oídos, que escuche”.
TRADUCCIÓN DEL NUEVO EVANGELIZADOR
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