Jueves XXIV Semana Tiempo Ordinario Ciclo B
Evangelio según
San Lucas 7, 36-50
36 Uno de los fariseos invitó a Jesús a que comiera con él. Jesús fue a su casa y se sentó a la mesa. 37 En el momento que una mujer pecadora, de mala reputación, se enteró que Jesús estaba cenando en la casa del fariseo, tomó una frasco hecho de alabastro, lleno de perfume, 38 y estando detrás de Jesús, junto a sus pies, llorando, comenzó a mojar sus pies con sus lágrimas y se los secaba con sus propios cabellos. Ella besaba los pies de Jesús y derramaba el perfume sobre ellos. 39 Cuando el fariseo que lo había invitado a comer, vio esto, pensó: “Si este hombre fuera un profeta, sabría quién es esta mujer que lo está tocando porque es una pecadora”.
40 Jesús, respondiéndole, le dijo: “Simón, tengo algo que decirte”
Respondió Simón: “Di, Maestro”.
41 Jesús dijo:
“Dos hombres estaban en deuda con un hombre que solía prestar dinero. Uno le debía quinientas monedas de plata y el otro debía cincuenta, 42 pero ninguno de ellos podía pagarle; así que perdonó la deuda de ambos. Entonces ¿Cuál de ellos lo amará más?
43 Respondió Simón: “¡Pienso que aquel a quien más se le perdonó!”
Jesús le dijo: “Haz juzgado rectamente”.
44 Luego, volviéndose hacia la mujer, le dijo a Simón:
“¿Estás viendo a esta mujer? Cuando entré, no me ofreciste agua para lavarme los pies, pero ella me los lavó con las lágrimas y los secó con sus cabellos. 45 No me diste un beso de saludo, pero ella no ha dejado de besarme los pies desde que entré. 46 No pusiste aceite en mi cabeza, pero ella ha derramado perfume mis pies. 47 Por esto te digo que sus muchos pecados ya han sido perdonados porque mucho ha amado. Pero a quien se le perdona poco, es porque poco ama”.
48 Entonces Jesús dijo a la mujer: “Tus pecados te son perdonados”.
49 Los que estaban sentados a la mesa con Él comenzaron a decir entre sí: “¿Quién es éste que incluso perdona los pecados?”.
50 Pero Jesús le dijo a la mujer: “Tu fe te ha salvado. Vete en paz”.
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